No todas las construcciones son tan seguras como debieran ser. En el caso de tu vivienda o edificio, revisa oportunamente su capacidad para resistir los movimientos y cargas que le impondrán los sismos. Para ello, consulta a un ingeniero civil o arquitecto para que te ayude a identificar las debilidades y corrígelas. Recuerda que como un primer ejercicio, en la sección “Evalúa tu vivienda” de este Portal te proporcionamos un método sencillo y práctico para la identificación de vulnerabilidades. No obstante, la reducción de riesgos implica tomar medidas correctivas para eliminarlas.
Toma en cuenta que si tu vivienda o edificio es antiguo, es decir que fue construido antes de 1985, no ha incorporado los requisitos de seguridad que establecen los reglamentos recientes. También es necesario que revises si tu casa no fue construida y calculada por un ingeniero o arquitecto, por ejemplo cuando se encarga la construcción directamente a un albañil o cuando se realiza por uno mismo (autoconstrucción). Para este último caso, que es muy común en muchas zonas de nuestro país y en zonas rurales, ponemos a tu alcance la “Cartilla breve para refuerzo de la vivienda rural de autoconstrucción contra sismo y viento”, la cual puedes descargar o consultar aquí
Problemas comunes de las viviendas o edificios de departamentos
A continuación se presentan algunos factores que pueden provocar insuficiencia en la seguridad estructural.
Uso de materiales débiles y falta de refuerzo. Las casas hechas de materiales débiles como el adobe, históricamente han mostrado ser muy vulnerables a los sismos. Por su parte, las construcciones de mampostería, es decir, de muros de tabique, tabicones o bloques, aunque generalmente son más resistentes, cuando no cuentan con elementos de concreto reforzado que “amarren” a los muros y confinen a los huecos de puertas y ventanas, también pueden sufrir daños importantes o incluso el colapso.
Escasez de muros. Si el diseño de la casa no fue bien concebido, puede haber falta de muros para resistir las fuerzas sísmicas. Identifique los muros de su casa en cada dirección (a lo largo y ancho de la casa). Por lo general, en la dirección de las colindancias con las casas vecinas casi siempre hay muchos más muros, pero a lo ancho puede haber pocos muros y más aberturas para puertas y ventanas, lo cual puede generar debilidades. Toma en cuenta que a mayor cantidad de muros, distribuidos en ambas direcciones, mayor será la capacidad para soportar sismos.
Falta de resistencia en edificios. Si vive en un edificio de más de tres pisos en zona de alto o muy alto peligro sísmico investigue si tiene estructura de marcos de concreto (columnas de más de 30 cm de lado y trabes robustas), o si tiene muros de concreto que se apoyen desde la cimentación. Si el edificio tiene solamente muros de mampostería, entonces deberá revisarse por un ingeniero civil, y esto es más importante mientras más pisos tengan la edificación (cuatro, cinco, seis pisos) y más alta sea la sismicidad (ver mapa).
Plantas bajas débiles. En edificios construidos en zonas sísmicas se debe evitar la ausencia de muros en planta baja y la sustitución de éstos por columnas delgadas (normalmente para disponer de áreas libres que son utilizadas para estacionamiento o comercios), en tanto que en todos los pisos superiores hay muros que delimitan espacios para un uso distinto, por ejemplo para vivienda. En estos casos se genera una “planta baja débil o flexible” que concentrará elevados esfuerzos en la planta baja, pudiendo comprometer la estabilidad general del inmueble. Estos edificios deben ser revisados, y en su caso, reforzados por ingenieros especialistas en estructuras, quienes podrán orientar en las mejores soluciones de restructuración, por ejemplo añadiendo muros de concreto o contravientos de acero (diagonales) en la planta baja.